Sala de conferencias subterránea del Pentágono.
Altos mandos militares, asesores de seguridad nacional y miembros del gbierno debaten sobre los recientes fracasos de las intervenciones militares en varias regiones del mundo. Un gran mapa digital ilumina la sala, mostrando puntos conflictivos en todo el globo: Medio Oriente, Europa del Este, Asia.
Uno de los Generales comenta:
“El mundo está al borde del colapso. Cada vez que intentamos intervenir en uno de estos conflictos, nuestros enemigos no solo nos ignoran, sino que se vuelven más atrevidos. Nuestros aliados se están debilitando, y nosotros... nosotros parecemos incapaces de hacer nada significativo.”
El General Thaddeus "Thunderbolt" Ross, sentado al final de la mesa, escucha con expresión de acero, pero la frustración se le nota en las líneas tensas de su mandíbula. El mapa frente a ellos muestra crisis crecientes en varios países: una guerra civil en Siria que se prolonga sin solución, la invasión de una nación europea por fuerzas no identificadas, y una serie de incidentes terroristas en Asia Central que han desafiado a las fuerzas armadas más poderosas del mundo.
Secretaria de Defensa:
“No es solo que estos conflictos estén fuera de control. Estamos siendo eclipsados. Ya no somos la única superpotencia. Hemos gastado miles de millones en mantener la paz en el extranjero, y sin embargo, grupos insurgentes, fuerzas paramilitares y ahora... superhumanos están haciendo que nuestras fuerzas militares parezcan inútiles.”
El General Ross interrumpe:
“Y ese es precisamente el problema. No son solo guerras convencionales. Estamos luchando contra fantasmas, contra amenazas que no podemos derrotar con tanques y aviones. Enfrentamos a terroristas y guerrilleros que desaparecen en la noche, y ahora... criaturas sobrehumanas que nos hacen ver como hormigas.”
El tono de Ross es implacable, casi furioso. Mientras habla, la pantalla cambia, mostrando imágenes de anteriores batallas fallidas: los Avengers combatiendo en Nueva York y Sokovia, Hulk destruyendo ciudades, y la incursión fallida en un conflicto en Europa del Este, donde un grupo de "meta-humanos" derrotó con facilidad a una división del ejército.
Secretario de Estado:
“En cada intervención, nuestros hombres son humillados. Incluso cuando intentamos negociar la paz en estas estúpidas guerras entre naciones, se nos ve como débiles. Ningún país respeta el poder de Estados Unidos como antes. Hemos perdido nuestra influencia.”
Ross no puede contenerse más y alza la voz:
“Es porque hemos permitido que otros nos superen. Nos hemos quedado atrás en una era en la que la guerra ya no es solo entre naciones, sino entre seres con habilidades que ni siquiera podemos comprender. Si no tomamos medidas drásticas ahora, perderemos cualquier tipo de control que nos queda.”
Los demás generales lo miran, algunos con incertidumbre, otros con curiosidad. Ross es conocido por su determinación, pero también por sus posturas extremas. Está claro que lo que está a punto de decir no será bien recibido por todos.
Ross continúa, con tono más frío y mordaz:
“Hemos sido testigos de seres con un poder inmenso: Hulk, los Avengers, esas... criaturas como Wonder Woman. Y todos ellos han dejado claro algo: no hay respeto sin fuerza. Si queremos ser tomados en serio nuevamente, tenemos que convertirnos en algo que estos enemigos no puedan ignorar. Yo me ofrezco para ser esa fuerza. No podemos esperar más.”